Sáb. May 18th, 2024

Fue en un 7 de mayo de 1824. Ese día la música sintió un estallido desde el Theater am Kärntnertor de Viena. Entonces sonó lo que algunos consideran hoy un himno global, la melodía más popular: la Novena sinfonía, de Ludwig van Beethoven. Fue la primera aparición en escena del compositor en 12 años, y, por supuesto, todo estaba vendido. Doscientos años después, esas mismas composiciones volverán a sonar en el Auditorio Nacional de Madrid para celebrar aquel hito, y no de cualquier manera, sino con un homenaje popular que contará con una orquesta de 100 músicos, 250 coristas de coros no profesionales reunidos en escena e incluso una banda de gaitas. “Alguien que cante no puede dejar esta vida sin cantar la novena”, expresa el director del recital, Ramón Torrelledó, entre ensayo y ensayo.

El concierto, organizado por la editorial La cama sol y que se celebrará en la sala sinfónica del Auditorio Nacional de Madrid el lunes 6 de mayo a las 19.30, se presenta como un tributo a la diversidad musical más popular, desde la sinfonía de Beethoven hasta las vibrantes composiciones de zarzuela y de la tradición gallega. Durante las dos horas del recital, la Beethoven Symphony Orchestra, dirigida por Ramón Torrelledó, saltará a lo largo de estos dos eclécticos siglos de música clásica, que unen Beethoven con el romanticismo español de los compositores Ruberto Chapí y Gerónimo Giménez. La culminación llegará con el poema sinfónico A muiñeira para orquesta sinfónica y voz, donde la clásica se une a la música gallega acompañada por la Real Banda de Gaiteros de Orense, dirigida por Xosé Luis Foxo.

“No es noticia que se toque la Novena, porque se toca todos los días en algún concierto del mundo, pero el giro que le damos es la música popular que la acompaña”, explica Torrelledó: “Lo popular es lo que inspira la música clásica, y esta es una de las obras más populares que existe. Es la obra universal, la única declarada Patrimonio Mundial, el himno de Europa y el que inspiró toda la música que ha venido después”, explica el director que fundó la Beethoven Symphony Orchestra el pasado 4 de febrero en el Auditorio Nacional como excusa para empujar al público a la música clásica por los caminos más inusuales. “Es nuestro homenaje al compositor más popular que le hacemos desde España”, cuenta este músico, que fue titular de orquestas como la Filarmónica de Bucarest, la Sinfónica de Moscú, la Sinfónica de la Ópera de El Cairo o la Orquesta Europea de Conciertos. Ahora quiere colaborar a que Beethoven se conozca desde todo tipo de ángulos, dedicado a todo el que lo admire, incluso sin conocerlo y apreciar cada giro.

El director de orquesta Ramón Torrelledó, en Madrid, en 2019.
El director de orquesta Ramón Torrelledó, en Madrid, en 2019.SANTI BURGOS

El objetivo final es que el público se conmueva, sea con la música que sea. “No aguanto que se separe Led Zeppelin de Beethoven, que se traten distinto los tipos de música a través de las etiquetas. Muchas veces ha habido una guerra de la clásica, que decía que lo popular no tenía valor, y la moderna, que apuntaba que la otra era elitista. Nuestro fundamento es llegar a todos”, explica el director de orquesta nacido en Castro Urdiales, que recuerda que ya en el siglo XIX los “puristas” no dejaban tocar el cuarto movimiento de la Novena sinfonía porque veían “la increíble innovación de meter voces como un insulto”. Incluso Beethoven fue tildado de que ser popular era algo negativo: “Había un prejuicio y Beethoven lo rompió. Incluía también algo prohibido hasta su llegada: instrumentos de percusión de sonidos indeterminados como el triángulo y el bombo”.

“La Novena sinfonía es el soplo musical que me ayudó a amar la música, a conmoverme. Porque una cosa es estudiarla y otra amarla”, explica Torrelledó, que ha fusionado para esta ocasión especial la Novena sinfonía con un pedazo de su alma, a través del poema A muiñeira, compuesto como homenaje a la Galicia que el economista, escritor y editor Javier Santiso, su amigo, conoció desde Francia: “Es una mezcla de pesadilla de alguien que está en Francia, pero piensa en Galicia. Ese increíble sentimiento de cómo las tribus gallegas se unen allá donde estén. Para ello sonará unido desde la canción popular Yo te daré hasta la novena de Beethoven”. Una puerta sin prejuicios a todo tipo de música. Como sucedió en aquella sala a rebosar del teatro de Viena en 1824. Una música que lleva 200 años siendo popular.

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