El único candidato que se presentaba ha ganado las elecciones a rector de la Universidad de Salamanca. El catedrático Juan Manuel Corchado, especializado en inteligencia artificial y ciberseguridad, ha recibido 2.131 votos a favor de su candidatura, apenas un 6,5% de los 33.000 universitarios que estaban convocados a votar este martes. EL PAÍS publicó el 15 de marzo y el 26 de abril pruebas de que el profesor, nacido en Salamanca hace 52 años, ha hinchado su impacto científico con trampas durante años, añadiendo miles de autocitas irrelevantes en sus publicaciones, ha dado instrucciones a sus trabajadores para que citen sus estudios y se ha beneficiado de multitud de perfiles fraudulentos de investigadores inventados dedicados a mencionar compulsivamente sus artículos.
El rechazo a Corchado en las elecciones ha sido altísimo entre los profesores permanentes (titulares y catedráticos), que han ido a votar en masa, alcanzando una participación del 72%. De los 875 votos válidos en este sector, 401 han sido en blanco: el 46%. Miembros de la Universidad de Salamanca habían hecho un llamamiento a votar en blanco en señal de protesta. La mitad del profesorado que ha ido a votar no ha votado por el único candidato que había. En el total de las elecciones, el 35% de los votos válidos han sido en blanco.
Corchado cogerá en las próximas semanas las riendas de la institución, con casi 290 millones de euros de presupuesto anual. Su mandato expirará en 2030. El genetista Lluís Montoliu, expresidente del Comité de Ética del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), muestra su inquietud. “Todos los que nos dedicamos a la ciencia, y especialmente los que lo hacemos desde instituciones públicas, debemos comportarnos de acuerdo a los códigos de buenas prácticas de nuestra institución. Y si no los hay, de acuerdo al código ALLEA europeo de conducta para la integridad científica, que actúa como referente para todos. Comportamientos inadecuados como los conocidos vulnerarían la integridad científica y no son admisibles. No todo vale”, advierte el investigador, que precisamente acaba de publicar el libro No todo vale (Next Door Publishers), sobre la ética en la ciencia.
Montoliu cree que un comité de ética independiente debería analizar esos “comportamientos inadecuados”, entrevistando al propio Corchado, y sugiere el Comité Español de Ética de la Investigación, creado hace un año por el Gobierno y las comunidades autónomas. El presidente de ese comité, el médico Jordi Camí, ya dio su opinión el 26 de abril en EL PAÍS. “Esperamos un comportamiento ejemplar y una honestidad contrastable en las personas que aspiran a ocupar un cargo de responsabilidad. A la vista de los datos apabullantes sobre las prácticas del futuro rector, es una muy mala noticia para la Universidad de Salamanca. Estas maneras de funcionar son posibles porque hay impunidad”, lamentó Camí, subrayando que era una valoración a título personal, como catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona.
Las trampas de Corchado eran muy burdas. Hacía resúmenes de sus conferencias, añadía una cantidad hiperbólica de autocitas y los subía al repositorio científico de su universidad. El catedrático sabía que el motor de búsqueda de Google Académico detectaba esos documentos y los tenía en cuenta para elaborar sus indicadores, según los cuales Corchado es uno de los expertos en inteligencia artificial más citados del mundo. En un texto de dos páginas de una conferencia en Chennai (India), se citó a sí mismo 200 veces. En otra charla para la Universidad de Tecnología de Malasia, Corchado incluyó más de 150 autocitas. El profesor también subía al repositorio seudoestudios científicos, como un documento de cuatro párrafos sobre la covid con un centenar de referencias a sí mismo. Justo cuando EL PAÍS comenzó a preguntar a su entorno por estas prácticas, Corchado ejecutó un borrado masivo de sus publicaciones más controvertidas.
Comportamientos inadecuados como los conocidos vulnerarían la integridad científica y no son admisibles. No todo vale
Lluís Montoliu, expresidente del Comité de Ética del CSIC
El matemático Antonio Bahamonde, expresidente de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial, también lamenta la victoria de Corchado. “La Universidad debe perseguir la excelencia y noticias como estas no redundan en la excelencia. La autoestima en la comunidad universitaria va a quedar muy mermada”, opina Bahamonde, catedrático de la Universidad de Oviedo y también expresidente de la Sociedad Científica Informática de España.
Bahamonde alerta de la podredumbre que se extiende por la academia. “Las prácticas que han llevado a Corchado hasta aquí son la punta del iceberg. Hay muchas cátedras y muchas becas en muchos sitios de España que proceden de estrategias de este estilo, de estas factorías de citas. La contaminación que están produciendo más allá de sus universidades está frustrando a las nuevas generaciones, que o entran en ese juego o se quedan fuera. No podemos perder una generación por estas cosas. A mí es lo que más me duele”, argumenta.
Corchado ha celebrado su victoria en una comparecencia en Salamanca, en la que ha sugerido la existencia de un enemigo oculto. “Estamos especialmente contentos con los resultados que hemos obtenido”, ha declarado. “Hemos recibido muchísimo apoyo del profesorado”, ha asegurado, pese al rechazo de la mitad de los que han acudido a las urnas. “Era muy difícil competir en este momento, cuando se compite contra una candidatura que no existe […] y sobre unas caras que no las dan, que están ahí, pero que realmente han estado escondidas”, ha añadido. Corchado ha terminado con un deseo: “Que nuestros campus sean la envidia de toda España y del resto del universo”.
La química Laura Lechuga, ganadora del Premio Nacional de Investigación en 2020, ha sido coordinadora de uno de los paneles de expertos que decide los millonarios proyectos Advanced del Consejo Europeo de Investigación. “Un currículum como este [de Corchado] nunca se habría admitido y además supondría un desprestigio para España. Y, en cambio, la Universidad de Salamanca anima a sus investigadores a que soliciten los proyectos del Consejo Europeo de Investigación para aumentar el prestigio de la universidad. Es todo un despropósito”, sostiene Lechuga, jefa de grupo en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología, en Barcelona.
Este tipo de prácticas ya están causando daño entre los investigadores más jóvenes. Es muy peligroso y hay que denunciarlo
Nazario Martín, expresidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España
El químico Nazario Martín, de la Real Academia de Ciencias de España, se declara “escandalizado” por las prácticas de Corchado. “En las charlas normalmente se ponen tres o cuatro referencias tuyas, no los cientos de publicaciones que tienes. No me parece nada ético”, subraya. “Este tipo de cosas no deben pasar. Hay una serie de valores que no se pueden perder. Esto no es un despiste, es una cosa organizada. Es grave”, añade Martín, expresidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España.
El académico recalca que “la mayoría de los científicos hace un trabajo honesto”, pero anima a señalar públicamente las trampas. “Desde la Real Academia de Ciencias debemos recordar la ética y cómo debe ser la ciencia. Uno no puede pasar a ser una de las personas más influyentes en su ámbito científico basándose en una creación artificial a partir de cosas vanas de contenido. Este tipo de prácticas ya están causando daño entre los investigadores más jóvenes. Es muy peligroso y hay que denunciarlo”, defiende.
Este periódico solicitó en dos ocasiones a Corchado, el 23 de abril, explicaciones sobre sus trampas. El entonces candidato a rector leyó los mensajes en su aplicación WhatsApp, pero no contestó. Mariano Esteban, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Salamanca, pide transparencia. “Falta claramente que él dé alguna explicación, porque no las ha dado”, critica.
Esteban recuerda que Corchado logró ser el único candidato a rector porque su predecesor, Ricardo Rivero, dimitió por sorpresa el 7 de marzo y el aspirante ya estaba sospechosamente preparado para las elecciones, que se convocaron de manera urgente sin dar explicaciones. Al historiador también le parecen “inquietantes” las conexiones de Corchado con universidades árabes, como la Rey Abdulaziz, que durante años ha sobornado a científicos españoles para que hagan trampas en los rankings académicos, declarando falsamente que trabajan en Arabia Saudí. Mariano Esteban muestra su resignación: “Una vez que ha conseguido ganar, que tenga mucha suerte, por el bien de la institución en la que trabajo”.
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