La candidatura del Paisaje del Olivar Andaluz a Patrimonio Mundial de la Unesco se ha retirado definitivamente al persistir la oposición de un importante número de agricultores que entendían que esta declaración ponía en peligro el derecho de propiedad de sus explotaciones oleícolas.
La comisión institucional que ha tramitado este expediente ha comunicado este lunes la decisión bajo el argumento principal de las 8.500 firmas en contra de la declaración recibidas por parte de olivareros de los municipios de Porcuna, Lopera y Arjona, en la Campiña de Jaén, así como las reticencias que había mostrado la patronal agraria Asaja Córdoba.
“Este expediente no puede seguir adelante contra la voluntad de los agricultores” ha señalado, en tono de resignación, Francisco Reyes, presidente de la Diputación de Jaén, la institución que inició hace una década esta carrera para el reconocimiento universal de un paisaje único y una cultura milenaria.
De este modo, la candidatura Paisajes del Olivar en Andalucía. Historia milenaria de un mar de olivos se retira definitivamente a pesar de que el expediente se remitió en enero a la Unesco, que iba a debatir su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial en la asamblea de 2025.
La candidatura planteaba la protección de 13.489 hectáreas de olivar de cinco provincias andaluzas, Sevilla, Málaga, Granada, Córdoba y Jaén, y el expediente estaba avalado por las cinco diputaciones y universidades de esas provincias, la Junta de Andalucía, las fundaciones Juan Ramón Guillén y Savia y las principales organizaciones agrarias. No obstante, han sido Asaja, Coag y Cooperativas Agroalimentarias las que han apoyado la retirada del expediente al persistir la oposición de un buen número de agricultores.
Francisco Casero, presidente de la Fundación Savia, ha calificado esta decisión como un “varapalo histórico para el olivar andaluz” y ha propuesto, sin éxito, que el expediente se reformase para eliminar a la comarca de Porcuna, de donde proceden la mayor parte de las firmas en contra de la declaración: “Por la oposición de una de las 14 zonas incluidas en el expediente se ha sacrificado un proyecto que era de vital importancia para toda Andalucía”, ha lamentado Casero.
La línea roja de los olivareros
Los olivareros que han provocado la retirada del expediente argumentaban que se ponía en peligro la titularidad de sus explotaciones: “La condición para apoyar el expediente es que se establezca como línea roja el derecho a la propiedad, la decisión de los agricultores afectados y que no hubiera limitaciones a la capacidad productiva de las tierras afectadas por la catalogación como patrimonio mundial”, indicaron en un comunicado conjunto Asaja, Coag y Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén.
Desde Asaja Córdoba, en concreto, calificaron la propuesta de “calamitosa” para los intereses de los olivareros. “La experiencia en base a otras situaciones similares indica que, al final, se acabará penalizando al agricultor”, advirtió Ignacio Fernández de Mesa, presidente de la asociación.
El secretario general de la Unión de pequeños agricultores (UPA) de Jaén, Cristóbal Cano, ha hablado, sin embargo, de “día aciago” para el sector olivarero andaluz. Y ha lamentado que “el trabajo, el tiempo y los recursos perdidos debido a una mala información, una falta de lealtad de algunos actores del propio sector y las injerencias políticas que han facilitado un cóctel imposible para que la candidatura prosperara, una decisión de la que nos arrepentiremos en el futuro”. El presidente de la patronal agraria cordobesa argumentó que, “con las normativas de la Política Agraria Común (PAC) y las normativas sectoriales, no son necesarias más figuras de protección, ni más limitaciones, pues ya están todas sobradamente protegidas, siendo muy bueno su estado de conservación y presentando magníficos parámetros de biodiversidad”.
El expediente que ahora se retira identificaba 14 zonas de paisaje cultural, que se han delimitado en función también de la historia de este paisaje: Montoro y su entorno (Córdoba), Molino Ducal San Fernando (El Carpio, Córdoba), Haciendas de Tavera y La Buzona, (Carmona, Sevilla), Hacienda de San Ignacio de Torrequemada (Aljarafe, Sevilla), Haciendas de La Soledad y Guzmán (Los Alcores, Sevilla), Cortijo La Jara (Jerez de la Frontera, Cádiz), bancales de Nigüelas y almazara de La Erilla del Valle de Lecrín (Nigüelas, Granada), Olivares de Santa Catalina (Orcera, Jaén), El Ruedo (Almedinilla, Córdoba), Alfar de Écija (Écija, Sevilla), Cortijo Blanco (Periana, Málaga), Campiñas de Jaén (Porcuna y Lopera, Jaén), Hacienda La Laguna (Baeza, Jaén), y Zuheros (Sierras Subbéticas Córdoba).
La candidatura pone el foco en un paisaje cultural, agrario, evolutivo y vivo, cuyos valores a conservar tienen que ver precisamente con la continuidad de su productividad y su sostenibilidad económica, ambiental y social. “Un paisaje patrimonial que es resultado del esfuerzo de muchos agricultores y agricultoras, que han dedicado su vida al cultivo y cuidado de estos árboles que han permitido y permiten el sustento de muchas familias y territorios en Andalucía”, destacan los defensores de la candidatura.
Estaba previsto que en los próximos meses se llevara a cabo el proceso de evaluación sobre el terreno por parte de expertos de la Unesco, que planeaban tener en cuenta la autenticidad, la integridad, los factores que afectan al bien nominado, los límites, la protección, su conservación y gestión.
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