El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, ha anunciado este miércoles por sorpresa su dimisión. El taosieach (como se denomina habitualmente en el término irlandés al jefe de Gobierno de la república) permanecerá en su puesto al menos un mes, hasta que su partido, el conservador Fine Gael, elija a un sustituto. La decisión no implica un adelanto electoral. El actual Gobierno está compuesto por las dos históricas formaciones políticas del país, el Fine Gael y el y el Fianna Fail, que unieron fuerzas para impedir el acceso al poder del partido más votado en las últimas elecciones generales, celebradas hace ya casi cuatro años: el Sinn Féin, antiguo brazo político de la organización terrorista IRA.
En el reparto acordado entre los dos partidos, correspondía al Fine Gael presidir el Ejecutivo en la segunda parte del mandato, y podrá elegir a un sustituto de Varadkar. Las próximas elecciones generales están previstas para marzo del año que viene.
“Mis razones para dimitir son al mismo tiempo personales y políticas”; ha explicado el primer ministro en un discurso cargado de emoción, al frente de los Edificios Gubernamentales de Dublín, que albergan entre otros el Departamento del Taoiseach. Varadkar ha descrito sus siete años al frente del Ejecutivo —a lo largo de dos mandatos― como la “época más plena de su vida”, y se ha mostrado convencido de que su partido será capaz de obtener un buen resultado en los próximos comicios.
Sin embargo, son precisamente los malos augurios electorales los que explicarían la retirada del político, que anunció el martes a su partido y a los socios de coalición su decisión irrevocable. Las encuestas señalan una caída preocupante del Fine Gael, y al menos once de sus actuales 33 diputados (en un Parlamento con 160 escaños) han anunciado ya que no piensan presentarse a la reelección. En un sistema que otorga una clara ventaja electoral al representante que ya tiene escaño frente al que pretende arrebatárselo, esa retirada masiva da una clara de idea del ánimo interno en la formación.
Después de algo de reflexión, ha explicado Varadkar, ha llegado a la conclusión de que solo un nuevo líder y candidato podría lograr que el actual Gobierno pudiera ser reelegido. “Después de siete años en el cargo, no me siento como la mejor persona para desempeñar este trabajo”, ha dicho.
Su socio de Gobierno, el Fianna Fáil, tiene 36 escaños. Los mismos que el Sinn Féin, que logró sin embargo, en términos cuantitativos, más respaldo en votos que cualquiera de los otros dos históricos partidos. Sus representantes, junto a otros partidos de la oposición, han reclamado ya un adelanto electoral.
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El líder del Fianna Fáil, Michéal Martin, que ocupó el puesto de primer ministro durante los dos primeros años de la coalición y ahora ejerce como ministro de Exteriores, ha rendido tributo a Varakar y reconocido su estupor: “Para ser honesto, me sorprendió bastante escuchar cuáles eran sus intenciones”, ha reconocido.
[Noticia de última hora. Habrá actualización en breve]
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