“El pensamiento convencional decía que la circulación sanguínea de la madre y la del bebé están separadas y que el intercambio de materiales se limita a los nutrientes que la madre proporciona al bebé”, recuerda Dennis Lo (Hong Kong, 60 años). El investigador explica que sus hallazgos mostraron que el intercambio es mucho más íntimo. “Existe un intercambio de información genética entre el bebé y la madre”, señala.
Desde finales de la década de 1997, Lo buscó ADN del feto en la sangre de la embarazada y desarrolló técnicas para analizarlo y poder detectar enfermedades antes del nacimiento. Su trabajo permitió desarrollar un test no invasivo para identificar el síndrome de Down, un trastorno que hasta ese momento solo se podía detectar con técnicas que podían poner en peligro la vida del feto. La tecnología se lanzó en 2011 y ha cambiado la práctica de los diagnósticos prenatales, reduciendo la necesidad de pruebas invasivas.
Esta semana, Lo ha visitado Madrid para recibir el Premio Lección Conmemorativa de la Fundación Conchita Rábago de Jiménez Díaz en reconocimiento a su labor investigadora. El profesor de la Universidad China de Hong Kong también es uno de los líderes mundiales en el desarrollo de la biopsia líquida, una técnica que permite diagnosticar tumores a través de un análisis de sangre.
Pregunta. Además de detectar alteraciones en un cromosoma, como el síndrome de Down, las técnicas de diagnóstico prenatal pueden obtener ADN para secuenciar el genoma completo del bebé. ¿Esto puede ser útil para prevenir enfermedades?
Repuesta. Hay un trabajo que demuestra que es posible obtener el genoma completo, pero la gente utiliza esta técnica para propósitos más selectivos. Si tienes un número de enfermedades genéticas que quieres testar, se puede usar esta tecnología. En el NHS de Reino Unido tienen un servicio así. Pero si hablas del genoma completo, hay algo que tenemos que discutir y debatir. Personalmente, creo que durante el embarazo, la mujer ya tiene muchas cosas de las que preocuparse, así que no deberíamos cargarla con información que no necesita. La información que necesita es saber si el bebé puede sufrir alguna enfermedad grave que amenaza su vida en ese momento, durante el embarazo o inmediatamente después.
Si hablas de la secuenciación completa del genoma del bebé, puedes conocer cosas sobre su salud en un futuro lejano. No creo que la madre necesite saber que su hijo tiene muchas posibilidades de desarrollar diabetes dentro de 40 años. Además, nuestro conocimiento de las implicaciones de esa información no es completo. Es posible que veas el genoma completo y que no sepas lo que significa, y eso también preocupará a la madre. Así que creo que por ahora es mejor limitar esta información a buscar enfermedades importantes y tempranas.
P. ¿Será interesante combinar la información que ofrece el diagnóstico prenatal para identificar trastornos genéticos con las técnicas de edición genética que permitan corregirlos?
R. Actualmente, las guías éticas y legales dicen que no puedes cambiar a un bebé de tal forma que ese cambio vaya a ser heredable. Seguramente ha leído sobre el caso de un científico chino que modificó el genoma de unos bebés para hacerles resistentes al VIH. Ese caso ha sido condenado globalmente y se sigue pensando si esos cambios que confieren la resistencia al VIH tendrán otros efectos más adelante en la vida de esos bebés, haciéndoles, por ejemplo, más susceptibles a otras infecciones virales. Dicho esto, cuando este científico hizo su edición genética, utilizó un Diagnóstico Prenatal No Invasivo (DPNI) para comprobar si su edición había funcionado.
P. Ahora, aún hay tumores, como el de pulmón o el de páncreas, que con frecuencia se detectan demasiado tarde. ¿Es posible que las biopsias líquidas cambien esa situación?
R. Hay test para un solo tipo de cáncer y otros para múltiples tipos. En los de un tipo de cáncer, yo he desarrollado uno para cáncer de cabeza y cuello. Para un tipo de tumor es más fácil hacer ensayos clínicos porque tienes solo un cáncer y un grupo de riesgo. En ese caso, los resultados pueden ser impresionantes. En Hong Kong, me he centrado en el cáncer nasofaringeo, que es muy común en el sur de China. Un cantonés como yo tiene un riesgo de tener este tipo de cáncer de uno entre 39 a lo largo de su vida. Hemos utilizado la biopsia líquida para este tipo de cáncer y hemos visto que, si no haces el test, alrededor del 75% de los casos se detectan en etapa tres o cuatro [muy avanzados], pero si haces el test, el 70% se descubren en fase uno o dos, y pueden ser tratados antes. La supervivencia se multiplicaba por diez, así que es una gran mejora. Publicamos el artículo en 2017, en el New England Journal of Medicine, y ahora estamos implementando esta tecnología en Hong Kong.
Para análisis de muchos tipos de cáncer, como cada cáncer tiene distintos cambios genómicos, es difícil hacer un test para todos los tipos de tumor, que tienen sus propias mutaciones. Lo que hemos hecho ha sido desarrollar un test que mira al cambio epigenético. La epigenética es cuando la secuencia de ADN no cambia, pero sí lo hace el formateo de la secuencia. Lo interesante es que distintos órganos del cuerpo tienen un formateo distinto, así que [por el formateo] puedes averiguar dónde está el cáncer. Hace unos años, desarrollamos esta tecnología, que ahora se ha licenciado a Grail, [una compañía] de la que fui cofundador científico. Grail ahora tiene un test para 50 tipos de cáncer. Según los últimos datos publicados por ellos, si el test es positivo, la probabilidad de que esa persona tenga cáncer en ese momento es del 75%. Si es negativo, la probabilidad es del 2,5%. Y pueden decir dónde está el cáncer con una precisión del 86%. La debilidad actual de ese test es que para el cáncer en estadío uno, la sensibilidad es del 25% y para el estadío dos, alrededor del 57%. Así que hay que mejorar.
P. ¿Tanta información no puede generar estrés, hacernos sentir que somos siempre enfermos preventivos a la espera de que nos detecten un cáncer?
R. Creo que la educación en salud y la capacidad de los sistemas de salud para seguir a la gente y tratarlos apropiadamente es importante para eliminar el estrés. Si tienes una tecnología que te señala un riesgo, pero no puedes tratarlo, es inútil, pero podemos ver lo que sucede con los trombos en la sangre y el control del colesterol. Mucha gente, sobre todo a partir de cierta edad, toma medicamentos para controlar ese problema y no viven con mucha preocupación. Toman sus estatinas y se controlan regularmente. Con el cáncer sería algo parecido.
P. ¿Las biopsias líquidas se pueden utilizar también para seguir mejor el tratamiento de la enfermedad?
R. La idea de la biopsia líquida consiste en que la sangre absorbe ADN de distintas partes del cuerpo, en ella se encuentra una mezcla que ofrece una visión general de lo que sucede en el cuerpo en un momento. Y permite mirar a múltiples clones de un tumor al mismo tiempo y ver cómo evoluciona y adaptar tratamientos. En cáncer de pulmón hay un gen que se llama EGFR (receptor del factor de crecimiento epidérmico, de sus siglas en inglés) y si tienes una mutación de EGFR, puedes tratar el tumor con unos fármacos que se llaman inhibidores de la tirosina quinasa. Después, el tumor puede evolucionar y desarrollar resistencia y desarrollar metástasis, y ahí verás también más cantidad de ADN circulante en sangre.
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