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Taylor Swift da la sorpresa con ‘The Tortured Poets Department’, un doble álbum con 31 canciones filtrado dos días antes | Cultura

Desde hace mes y medio, el 19 de abril estaba marcado a fuego en los calendarios de los fans del pop y, sobre todo, de los millones de seguidores que tiene Taylor Swift. Ha llegado el día. Este viernes la cantante de Pensilvania, de 34 años, ha lanzado The Tortured Poets Department (ya conocido como TTPD), su 11º álbum de estudio con 16 temas, dos de ellos colaboraciones con Florence+The Machine y Post Malone. De hecho, la canción con este último, Fortnight (quincena, en español), se ha convertido en el primer single del disco. Un anuncio que la artista hizo apenas unas horas antes de publicar todas las canciones. Hay algo que, sin embargo, no anunció: que TTPD iba a ser un doble álbum, con 31 canciones, en vez de 16, y más de dos horas de duración.

Swift ha tratado de mantener un secretismo casi total con este esperadísimo departamento de los poetas torturados (como se traduciría al español): ha ido dando detalles con cuentagotas, apenas ha desvelado algunas letras de los temas y ni siquiera ha sacado un single previo. Pero hay algo que ha repetido durante las últimas semanas y desde el primer día que anunció el disco: el número dos. Como es habitual en ella, ha lanzado pistas sobre el mismo (en vídeos cortos, a través de códigos QR colocados en distintas ciudades del planeta o en una instalación efímera que se asemeja a una pequeña librería colocada en un centro comercial de Los Ángeles donde los fans han hecho horas de fila), y en todos los mensajes el dos ha sido recurrente. Por ello, se había especulado mucho con el doble álbum. En el escenario de los Grammy, además, ya hizo el símbolo de la victoria, que sus colaboradores y amigos han repetido. Un dos por todas partes. Anunció su single a las dos de la tarde (hora del Este de EE UU), y tras lanzar el disco la intérprete arrancó una cuenta regresiva de dos horas en sus redes. Con ella ha resuelto el misterio: TTPD es un disco doble.

Pero un par de días antes, todo estuvo a punto de saltar por los aires cuando el disco se filtró en Internet al completo. Fue la tarde del miércoles (en EE UU; en Europa ya a última hora de la noche). El considerado el lanzamiento musical más esperado de 2024 empezaba a filtrarse cuando faltaban casi dos días para su publicación. Pese al férreo control de su carrera y de su narrativa que mantiene la artista estadounidense, las primeras 16 canciones de TTPD empezaban a moverse a través de grupos de Telegram, y sus enlaces se compartían sin pudor en la red social X. EL PAÍS tuvo acceso a ellas y estaban completas (no eran fragmentos) y en la más alta calidad. Ni Swift ni su equipo se pronunciaron al respecto.

La filtración estaba al inicio en duda, porque, primero, podía no ser auténtica, y venir de parte: juntar pedazos, otras músicas, otras voces, por parte de alguien interesado en un sabotaje. Segundo, porque podría ser un producto de la inteligencia artificial, una de las teorías que más abundaban. Y tercero y más retorcido porque incluso podía ser una estrategia de la propia Swift.

El misterio solo se podía desvelar cuando se conocieran las canciones, este viernes. Y el resultado ha sido claro: sí, era el disco. Aunque, claro, solo la mitad, solo las 16 inicialmente anunciadas de TTPD. Así que una vez lanzado, el mundo ha olvidado la polémica (en parte gracias a que Swift y los suyos no se han mojado) y se ha centrado en las canciones, tanto en las primeras como en la versión total, que componen el llamado The Tortured Poets Department: The Anthology. “Sorpresa a las dos de la madrugada: The Tortured Poets Department es un doble álbum secreto. Había escrito mucha poesía torturada en los últimos dos años y quería compartirla toda con ustedes, así que aquí está la segunda entrega de TTPD: The Anthology. 15 canciones adicionales. Y ahora la historia ya no es mía… es toda vuestra”, ha escrito en sus redes sobre esta “antología”. Este es el trabajo más largo de su carrera.

Los temas son, como siempre con Swift, muy personales. De los 16 iniciales, dos están escritos íntegramente por ella, cinco junto a Aaron Dessner, miembro de The National y con quien también compuso para Folklore, y ocho con Jack Antonoff, del grupo Bleachers, su productor habitual. Los temas tratan sobre su propia vida, como suele ser habitual, su mejor material. En concreto, la ruptura de su relación de seis años con el actor británico Joe Alwyn (en el quinto tema llega a decir: “¿Cómo de bajo pensaste que caería antes de implosionar? […] Juraste que me amabas, pero ¿dónde estaban las pistas? Morí en el altar esperando la prueba”], su breve romance con el músico Matty Healy, del grupo The 1975, y su actual noviazgo con el jugador de fútbol americano Travis Kelce serían claves para descifrar sus letras (como parece desvelar el penúltimo tema, The Alchemy, donde habla de banquillos, trofeos, cerveza, cánticos y touchdowns).

Como curiosidades, Stevie Nicks escribe un poema para arrancar el álbum, pero además ella la cita en la última canción del álbum, Clara Bow. Además, la actriz Emma Stone aparece en los créditos del tema Florida!!! (el que canta junto a Florence+The Machine), en los coros. Y entre las 15 canciones de la segunda tanda hay una titulada thanK you aIMee, cuyas mayúsculas son un acrónimo de KIM, el nombre de una de sus grandes enemigas, Kim Kardashian. Parece estar dedicada a ella, con letras como: “Y tal vez lo has pensado de otra manera y en tu mente nunca golpeaste mi espíritu negro y azul. No creo que hayas cambiado mucho, y por eso yo he cambiado tu nombre, y cualquier auténtica pista que te defina. Y un día, tu hijo llegará a casa cantando una canción que solo nosotras dos sabemos que va sobre ti”.

En un mensaje publicado en sus redes sociales dos minutos (dos, sí) después del lanzamiento del álbum, Swift por fin daba más información sobre el mismo: “The Tortured Poets Department. Una antología de nuevas obras que reflejan eventos, opiniones y sentimientos de un momento fugaz y fatalista en el tiempo, uno que fue a la vez sensacional y doloroso a partes iguales. Este período en la vida de la autora ya ha acabado, el capítulo está cerrado y tapiado. No hay nada que vengar, ni cuentas que ajustar una vez que las heridas ya se han curado. Y, tras algo más de reflexión, un buen número de ellas resultaron ser autoinfligidas. Esta escritora cree firmemente que nuestras lágrimas se convierten en sagradas en forma de tinta sobre una página. Una vez que hayamos contado nuestra historia más triste, podremos liberarnos de ella. Y luego lo único que queda es la poesía torturada”.

Swift no es la primera que sufre una filtración importante. Grandes artistas han pasado por ello: le ha ocurrido a Radiohead, a Madonna en 2015, el mismo año que a Bjork, con el que era su primer disco en cuatro años; o a Wilco, que en 2002 vio como su álbum se filtraba ocho meses antes del lanzamiento previsto, algo que también le ocurrió en 2004, 2007 y 2009. Sin embargo, la proliferación de la música en plataformas había hecho pensar que las filtraciones eran algo del pasado, hasta ahora. En un año en el que grandes nombres como Beyoncé, Shakira, Dua Lipa, SZA, Ariana Grande, Katy Perry o Lana del Rey también lanzan nueva música, filtraciones de trabajos como estos, guardados bajo siete llaves durante meses, blindan aún más a la industria. En su caso, resultaba importante la reacción de sus seguidores. Los fidelísimos fans de la cantante de Pensilvania son muy respetuosos con la cantante. En redes, muchos se debatían entre escucharla y chafarle el lanzamiento a su ídolo pero así colmar sus ganas de nueva música… o si seguir venerándola y esperar hasta el viernes a las 00.01 para darle al botón de play. Los segundos han ganado, vetando incluso a los ansiosos primeros.

De todos modos, es difícil que esta filtración afecte a las ventas o a las reproducciones. Quienes están accediendo al disco son los fans, que seguirán comprando sus CDs y vinilos en formato físico (muchos de ellos lo han hecho con antelación, para que les llegue a casa el primer día, algo cada vez más común en EE UU) y que le darán miles, millones de reproducciones en plataformas como Spotify y Apple Music. En cualquier caso, lo que no parece que vaya a resentirse es la fortuna de Swift. Ella está inmersa en su The Eras Tour, una inmensa gira que arrancó en marzo del pasado año y ya han visto millones de personas y con la que volverá a los escenarios en mayo —con dos paradas en Madrid, entre otras— y terminará en diciembre en Canadá, al mismo tiempo que puede seguir viéndose en Disney+. Gracias a ella, la cantante acumula ya más de 1.100 millones de dólares, según la revista Forbes. Es posible que esté enfadada, pero no perderá un centavo; más bien al contrario: solo seguirá aumentando la expectación.

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