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Richard Linklater: “El sexo es la última pasión en la que realmente nos ponemos en peligro” | Noticias de Cataluña

Gary Johnson es filosofo y profesor universitario en Nueva Orleans. Un personaje tímido que combina el estudio con un trabajo como sicario profesional para una operación especial de la policía, hasta que el deseo por Maddy Masters, una de sus clientas, le hará cruzar los límites entre las facetas que conjugan su realidad. “Hitman está basada en hechos reales. Es una película sobre la identidad, juega y explora sobre la idea de convertirnos en alguien distinto. Cuando envejecemos nos quedamos encallados pero, en el fondo, todos tenemos la fantasía de cambiar y adquirir cualidades nuevas”, ha explicado el cineasta Richard Linklater (Texas, 63 años) sobre su última película que este viernes clausura la octava edición del Festival Internacional de Cine de Barcelona Sant Jordi (BCN Film Fest). El estadounidense recibirá esta noche el Premio de Honor del festival, “casualidad” que le ha permitido volver a Barcelona. “Esta es una de las ciudades más maravillosas del mundo, aunque prefiero venir sin un propósito y pasar días enteros paseando y disfrutando de Gaudí”, ha subrayado desde una habitación del Hotel Casa Fuster, en el paseo de Gràcia.

Linklater conoció al verdadero Gary Johnson a través de un artículo. “Me intrigó su forma de ganarse la vida, unir el mundo académico con un trabajo de sicario. Me obsesioné porque es un trabajo inusual y me gustan las películas que hablan de una ocupación en la que nunca has pensado, como un conductor de taxi”, reconoce el director. La historia, escrita por el propio Linklater y Glen Powell ―también protagonista junto a Adria Arjona― tiene todos los elementos para ser un thriller perfecto, pero el director ha preferido convertirla en una “comedia sexy”. “El sexo es la última pasión en la que realmente nos ponemos en peligro y esta compulsión es la que hace que Gary arriesgue toda su mundo por ella (Maddy Masters)”, ha señalado.

El cineasta que crea “para entender el mundo” y que se define como “cirujano de los diálogos” ―trabajándolos hasta la saciedad― repite la perspectiva cómica en el filme que justo ayer terminó de rodar en París, “ya no se puede trabajar en secreto”, ha bromeado. La historia está ambientada en el París de 1959 y refleja el espíritu de la Nouvelle vague, “Lo único que diré es que todo cineasta debería hacer una película sobre cómo hacer cine”. Esta producción no es la única que ocupa su mente, Linklater está inmerso en la producción de Merrily We Roll Along, la adaptación del musical homónimo de Stephen Sondheim y George Furth. . “Es una cronología a la inversa de la vida del compositor de Broadway Franklin Shepard. La historia funciona mejor en el cine que en el teatro pero no se verá hasta dentro de 17 años”, admite.

Rodajes de 12 años (Boyhood), historias que maduran junto a sus personajes (la trilogía romántica Antes de…) y películas que transcurren en menos de 24 horas convierten al tiempo en un personaje esencial en la obra de Linklater, a la que también afecta su paso: “Me gusta como están envejeciendo mis películas, unas más que otras. Mis historias tratan de las personas y los tiempos cambian, pero la gente no tanto, mantenemos una esencia”, ha señalado. El director resta importancia al impacto de la Historia universal en las historias individuales y, concretamente, en el arte. “Dije que saldría muy poco arte del Covid-19, la gente no quiere historias sobre épocas horribles que hemos atravesado, no hay arte alrededor de la epidemia de gripe de 1918. El caso de la guerra es diferente porque está rodeada de falso heroicismo y patriotismo”.

Con esta prolífica carrera a sus espaldas, Linklaters se niega a sentirse orgulloso más que de sus hijos, de la Austin Film Society en 1985 ―el centro de cine independiente que fundó en Austin, su ciudad de residencia― y de sus amigos. “El orgullo es un sentimiento que deberíamos abandonar a los 11 años. Yo me siento agradecido por mi cine”, ha puntualizado. Recibir el Premio de Honor del BCN Film Festival es un “encanto” y una reflexión sobre el tiempo que lleva en esta profesión, oficio que, por ahora, no tiene pensado abandonar: “Prefiero el proceso a los galardones. Acabo de terminar una película y estoy escribiendo el guión de otras dos. Hace muchos años que me casé con el cine y para dedicarle mi vida”.

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By Laura R Manahan

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