Las ciencias básicas, sociales, el arte y la música reciben desde hace una década el apoyo de las Becas Leonardo. El programa de la Fundación BBVA busca impulsar el trabajo de investigadores y creadores culturales que se caractericen por una trayectoria científica, tecnológica o cultural innovadora en un momento clave de sus carreras, entre los 30 y los 45 años. Desde su creación en 2014, el programa ha respaldado con 22,5 millones de euros más de 600 proyectos. Los beneficiados durante esta década se han citado este lunes en el Teatro Real de Madrid para celebrar el décimo aniversario en un evento capitaneado por Carlos Torres Vila, presidente de la Fundación, y Rafael Pardo, su director.
Las becas obtienen su nombre en honor al “espíritu creativo e innovador” de Leonardo da Vinci (1452-1519), el gran polímata que combinó la creación y la ciencia, explotando la pasión por el conocimiento y el valor de la imaginación. Bajo esta inspiración las ayudas abarcan un amplio abanico de áreas que incluye ciencias básicas; biología y biomedicina; ciencias del medio ambiente y de la tierra; ingenierías; ciencias de la computación y ciencias de datos; ciencias sociales; humanidades; artes plásticas; música y ópera; y creación literaria y artes escénicas.
El perfil de un ‘Leonardo’ es el de un investigador de entre 30 y 45 años, con experiencia en centros e instituciones de referencia mundial, que en un amplio porcentaje no han alcanzado la estabilidad laboral. Por ello, el programa ofrece flexibilidad en la planeación, ejecución y presentación final de los proyectos en un margen que va desde los 12 a los 18 meses. Durante el trabajo pueden también integrar a instituciones o colaboradores. Así, se convierten en directores o gestores de sus proyectos.
El éxito de las becas
Pilar Martín es bióloga y profesora de Inmunología en el Centro de Investigaciones Cardiovasculares. Cuando fue seleccionada para la beca en 2016, dedicó su proyecto a desarrollar un biomarcador para diagnosticar la miocarditis aguda y, sobre todo, distinguirla del infarto agudo del miocardio y así acelerar el tratamiento adecuado. “En el laboratorio trabajábamos con animales, pero la beca me permitió colaborar con los hospitales y empezar a analizar pacientes”, explica. Actualmente, el equipo de Martín está realizando un ensayo clínico para validar el uso de su invento. Cuenta con una financiación de tres millones de euros y la participación de 61 hospitales de todo el Sistema Nacional de Salud y más de tres mil pacientes. “Es importante tomar conciencia de cómo los descubrimientos de la ciencia básica pueden llegar a hacer mejoras en la sociedad”, agrega.
Entre los becados del ámbito tecnológico se encuentra Santiago Mazuelas. En 2018 obtuvo la beca Leonardo en Tecnologías de la Información y la Comunicación y dedicó su proyecto a diseñar sistemas en los que las máquinas pudieran aprender a partir de datos de tipología variada. “No podemos confiar ciegamente en los datos, pero podemos adaptar los datos a los escenarios cambiantes”, explica respecto a su investigación. El investigador reconoce que el mayor reto dentro de su campo es la competitividad ante el auge de la inteligencia artificial, por lo que la beca le ha ayudado significativamente. Para Mazuelas, la ayuda “va más allá del dinero”, pues formar parte de la red también le ha nutrido personalmente. “Es fantástico sentirse miembro de esta comunidad”, apunta.
Dentro de las ingenierías, destaca el perfil de José Miguel Adam Martínez, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia, que obtuvo la beca en 2017. Su trabajo se enfoca en evitar el colapso de edificios críticos, como hospitales o colegios, cuando ocurre un terremoto, un incendio o un ataque terrorista. “Estos eventos tienen una baja probabilidad de ocurrir, pero cuando ocurren es muy grave”, explica Adam. Y agrega: “Intento evitar que cuando hay un error en una parte de un edificio, se propague en el resto como efecto dominó”. Antes de ingresar en el programa, explica, hacía ciencia muy aplicada, pero después pudo ampliar su investigación a vías más fundamentales. “Gracias a esta beca pude montar el equipo actual con 15 personas contratadas de ocho países diferentes y me permitió conseguir una beca financiada por el Consejo Europeo de Investigación de dos y medio millones de euros”, añade.
Durante el encuentro también se han presentado los resultados de una encuesta sobre el impacto de las becas en las trayectorias profesionales de los beneficiarios. Fueron cuestionados, con una escala del 0 al 10, sobre cómo ha contribuido su experiencia con la beca en aspectos como el ascenso laboral (7,6) la publicación de artículos en revistas científicas (7,9), la dirección de un grupo de investigación (7) y el desarrollo de proyectos de creación cultural (8,1).
Torres Vila ha destacado la importancia de la financiación del talento por parte de las instituciones bancarias: “Hoy, más que nunca, debemos invertir en el futuro apoyando a profesionales con una actitud innovadora, curiosa, de exploración y aprendizaje, que sirven de inspiración para futuros científicos y artistas, así como en guía para la toma de decisiones por parte de todos los ciudadanos”. El encuentro también contó con la participación de miembros de la Red, líderes de las comisiones evaluadoras y representantes de organizaciones científicas y culturales.
A 10 años de la primera edición, las Becas Leonardo se han materializado en 630 artículos científicos, cerca de 150 libros, más de 800 ponencias en congresos nacionales e internacionales, nueve patentes y 130 obras artísticas, entre otras expresiones artísticas como películas, composiciones musicales y conciertos.
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