El primer ministro polaco, Donald Tusk, estaba exultante este domingo por la noche, cuando se fueron conociendo los resultados de la segunda vuelta de las elecciones municipales. El dirigente conservador publicó seis tuits con nombres de ciudades en las que sus candidatos o aspirantes apoyados por su partido, Coalición Cívica (KO), habían ganado la alcaldía. Dos semanas después de los comicios regionales —y la primera vuelta de los locales—, en los que no logró el sorpasso al ultraconservador Ley y Justicia (PiS) que esperaba, el primer ministro ha cogido impulso con sus victorias municipales para la próxima cita con las urnas: las europeas del 9 de junio.
“Si comparamos los resultados de las dos principales fuerzas políticas, tengo motivos para estar satisfecho”, decía el dirigente este lunes por la mañana, cuando ya se conocían los resultados oficiales. Como fueron apuntando los sondeos a pie de urna y los resultados preliminares, KO y sus socios de coalición en el Gobierno central habían batido a PiS en número de votos totales y alcaldías en ciudades grandes (aunque los verdaderos ganadores de estos comicios son las agrupaciones independientes). “En muchos lugares, PiS sencillamente desapareció”, afirmó Tusk, que señaló que en algunas ciudades importantes no había ningún representante ultraconservador en la segunda vuelta. El PiS gobernó el país durante ocho años, hasta el pasado diciembre, cuando dejó el Ejecutivo tras perder las elecciones de octubre de 2023.
El partido de Jaroslaw Kaczynski, como es habitual, no ha logrado el gobierno de ninguna ciudad de más de 100.000 habitantes, aunque ha dado señales de resistencia. En las regionales ganó en número de votos a nivel nacional y fue la primera fuerza en siete de las 16 asambleas regionales, pero perderá el poder en algunas porque necesita socios de coalición que no tiene. No fue un buen resultado comparado con comicios anteriores, pero la expectativa que auguraban las encuestas era un hundimiento que no se produjo. El portavoz Rafal Bochenek reivindicó este domingo los éxitos “espectaculares” en sus feudos tradicionales del este y el sur, y criticó a Tusk: “Como de costumbre, olvidó que Polonia no son solo grandes metrópolis, sino también localidades más pequeñas”.
Como dice con sorna Jacek Kucharczyik, presidente del think tank Instituto de Asuntos Públicos, “como en la carrera loca en Alicia en el País de las Maravillas, todos han ganado”. En unos comicios con tantas capas, las distintas fuerzas políticas han buscado su cuota de éxito. “Todos han podido anunciar sus victorias, menos la izquierda”, puntualiza. Nowa Lewica, el socio minoritario del Gobierno de la coalición liberal, es el que ha salido más debilitado de los comicios de abril. Con todo, unos de sus líderes, Robert Biedron, celebró en la noche del domingo triunfos de candidatos que su formación había apoyado en ciudades como Cracovia o Breslavia. “Buenas noches, Polonia de izquierda, progresista, abierta y europea”, escribía en X. “¡Lo hicimos hoy, lo haremos nuevamente el 9 de junio!”.
Cita europea
El país no había cerrado todavía las urnas de la convocatoria del domingo, que tuvo una abstención del 55,9%, cuando el primer ministro ya estaba fijándose en las europeas. “O una Polonia fuerte y segura en una Europa unida o un país solitario y caótico expuesto a las provocaciones y distracciones rusas: de esto tratarán las elecciones europeas. No podemos permitirnos una baja participación”, escribió por la tarde en la red social X.
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Este lunes, el primer ministro ha desarrollado su visión sobre los comicios para el Parlamento Europeo: “Decidirán el destino de Europa y Polonia, así como nuestra seguridad”, ha asegurado Tusk, que se ha comprometido a volcarse en la movilización. “Unas elecciones supuestamente abstractas decidirán nuestras vidas, las de nuestros hijos y nietos, en términos de seguridad, geopolítica, pero también de cambios civilizatorios”, afirmó.
Kucharczyik augura que los próximos comicios volverán a plantearse por los dos principales partidos como un duelo: Ley y Justicia frente a Coalición Cívica. “PiS querrá mostrar que todavía es un actor decisivo que puede ganar, mientras KO, especialmente Donald Tusk, presentará las elecciones como una batalla contra los euroescépticos”.
El analista cree que la retórica antieuropea estará muy presente en el campo de los ultraconservadores. Como explica, la población polaca es menos entusiasta ahora con la pertenencia a la UE. No es que se quiera un Polexit —la salida de Polonia de la UE—, pero “hay una parte que cree que los inconvenientes superan a las ventajas y que el precio de pertenecer a la Unión quizás no merece la pena, porque supone, por ejemplo, perder soberanía”, explica.
Tusk, como ha ido adelantando, se centrará en la necesidad de defender el lugar de Polonia en la Unión Europea. El argumento que ya se adivina en sus mensajes es que es clave que el país sea fuerte y no un actor marginal para influir en el debate sobre el futuro de la UE y lograr movilizar a los socios europeos contra la amenaza rusa.
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