El presidente de EEUU, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, han hablado este viernes por primera vez en casi un mes, mientras sus diferencias parecen hacerse cada vez más públicas. La llamada, en la que el inquilino de la Casa Blanca ha reiterado la necesidad de establecer un futuro Estado palestino, se producía después de que el líder israelí haya rechazado sin ambages esa perspectiva, el pilar fundamental en el que Washington basa sus propuestas para el día después de la guerra en Gaza. Pero en declaraciones durante una reunión con alcaldes, Biden ha asegurado que Netanyahu no se opone a “todos” los modelos de Estado palestino. “Creo que lograremos alguna solución”, ha sostenido, al declarar que “no es” imposible alcanzar la solución de los dos Estados mientras el actual primer ministro israelí se encuentra en el poder.
La conversación telefónica, de cerca de 40 minutos, era la primera desde el 23 de diciembre, cuando el diálogo entre los dos líderes fue tan poco constructivo que Biden acabó colgando el teléfono a su interlocutor, según ha publicado el portal de noticias estadounidense Axios. Esta vez, ha transcurrido por unos derroteros más diplomáticos para tratar, según la Casa Blanca, sobre los últimos acontecimientos en Israel y Gaza.
Ambos abordaron los pasos que se están dando, en público y entre bambalinas, para conseguir la liberación de los rehenes en manos de Hamás y otros grupos palestinos desde que la milicia radical atacó Israel el 7 de octubre, según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, en la rueda de prensa diaria de la Casa Blanca. También trataron “un giro a operaciones milimetradas que permitirán el flujo de más cantidad de ayuda humanitaria a Gaza, mientras se mantiene una presión militar significativa sobre Hamás y sus líderes”, y Biden felicitó a Netanyahu por la decisión israelí de permitir la llegada por mar a la franja de cargamentos de harina, ha indicado el portavoz.
Buena parte de la conversación se dedicó a lo que se ha convertido en uno de los grandes escollos en una relación entre los dos gobiernos que, al comienzo del conflicto, parecía de una solidez inquebrantable: el futuro tras la guerra y la necesidad de una solución de dos Estados, el israelí y el palestino. Biden “también abordó su visión para una paz más duradera y seguridad para un Israel integrado por completo en la región”.
Las tensiones entre los dos países aliados han quedado especialmente en evidencia desde el viaje del secretario de Estado, Antony Blinken, a Oriente Próximo a comienzos de este mes, su cuarta gira por la zona desde que comenzó la guerra actual en Gaza en octubre. En una visita encaminada a tratar de impedir que el conflicto se expanda a otros puntos de la región, y a preparar el día después de la guerra, el jefe de la diplomacia estadounidense planteaba a las autoridades israelíes un plan por el que Arabia Saudí y otros países árabes contribuirían a la reconstrucción de la Franja, y Riad accedería a la normalización de relaciones con Israel, a cambio de pasos para el establecimiento de un Estado palestino que conviva en paz con Israel.
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El jueves, Netanyahu rechazaba esa posibilidad de manera categórica. “En cualquier acuerdo futuro, Israel necesita controlar la seguridad de todo el territorio al oeste del Jordán”, ha dicho el primer ministro.
Pese al rechazo de Netanyahu, Biden “sigue creyendo en la promesa y posibilidad de una solución de dos Estados. Se da cuenta de que va a requerir mucho trabajo. Que va a requerir mucho liderazgo en la región, especialmente en ambos lados de la cuestión. Pero Estados Unidos permanece firmemente comprometido a ver ese resultado en el futuro”, ha subrayado John Kirby.
Los dos líderes también abordaron el pago por parte Israelí de los ingresos por impuestos de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania y “los recientes progresos para garantizar que las autoridades palestinas están disponibles para pagar sueldos, incluidos los de las fuerzas de seguridad palestinas”, declaró Kirby. “El presidente Biden también abordó la responsabilidad de Israel de reducir el daño a los civiles y proteger a los inocentes mientras mantiene la presión militar sobre Hamás”, agregó el portavoz.
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